Del
fusilamiento de José María Morelos y Pavón, hasta inicios de 1821.
Después del fusilamiento de
Morelos muchos insurgentes se dispersaron generando guerrillas aisladas que no
representaron peligro para el gobierno novohispano. Mientras tanto en España,
el rey regresó al poder tras la derrota de Napoleón en 1815, y se inició una
política de “reconquista” de las colonias americanas. Al mismo tiempo, Juan
Ruiz de Apodaca, nuevo virrey en 1816, implementó una doble política: por un
lado declaró la amnistíao indulto para los insurgentes que quisieran dejar la
guerra; por otro lado, inició una campaña militar persiguiendo ferozmente a los
insurgentes.
A pesar de ello, la lucha
revolucionaria no se acabó, en algunas partes del territorio se mantuvieron
brotes guerrilleros, principalmente las comandadas por Vicente Guerrero en las
montañas del Sur, por Guadalupe Victoria en Veracruz y por Francisco Javier
Mina en el Bajío.
En esta etapa se rinde el
último reducto importante insurgente y, técnicamente, los leales a la corona
han ganado la guerra. Sólo unas cuantas partidas, como la que comandaba Vicente Guerrero (en el sur), siguieron
en pie de lucha. Este periodo acaba en febrero de 1821 con la firma del
trascendental “Plan de Iguala”.
El abrazo de Acatempan |
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